Sansón Carrasco

El bachiller Sansón Carrasco comienza su historia en el capítulo II de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha. Este personaje es introducido por Sancho Panza, cuando está discutiendo con Don Quijote la identidad del “sabio encantador” que posiblemente ha escrito la historia de estos dos personajes; luego, después de afirmar que Sansón conoce la identidad del autor, Sancho Panza va en su búsqueda para que Don Quijote corrobore la información que le ha sido suministrada por su compañero.

Es así como Sansón Carrasco se incorpora a la historia. Miguel de Cervantes describe su aspecto y comenta que “Era el bachiller, aunque se llamaba Sansón, no muy grande de cuerpo, aunque muy grande socarrón; de color macilenta, pero de muy buen entendimiento; tendría hasta veinte y cuatro años, carirredondo, de nariz chata y de boca grande, señales todas ser de condición maliciosa y amigo de donaires y de burlas…” (Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. España: Alfaguara, 2004. Segunda parte, capítulo III, Página 567). El aspecto de este personaje no apunta específicamente al ideal de un caballero; en cambio, tenemos la idea de estar frente a un hombre que posee malicia y que es astuto. Estos aspectos, que podemos percibir a partir de esta descripción y lo que sucede entre él y los dos personajes principales de este libro, son determinantes en la sucesión de hechos del comienzo de la segunda parte de este libro.

Es interesante la participación de Sansón Carrasco, no sólo por la referencia explícita que hace en torno al supuesto autor de la historia de Don Quijote: Cide Hamete Benengeli, sino también por la discusión que entablan Sancho, Don Quijote y el bachiller en relación a la noción de poeta en contraposición con la labor de un historiador.

Por un lado, la mención de Cide Hamete Benengeli y el reconocimiento de que alguien ha contado la historia de Don Quijote y Sancho Panza, es un aspecto relevante porque a partir de estos detalles Miguel de Cervantes va desarrollando el juego de narradores y nos va empapando de la misteriosa autoría de esta obra, así como de sus estrategias de escritor al jugar con el lector y plantearnos diferentes planos narrativos.

Ahora bien, cuando los personajes –Don Quijote, Sancho Panza y Sansón Carrasco- están discutiendo la historia que ha sido escrita, se enfrentan a la problemática de la verdad al narrar y el bachiller hace una acotación en relación a la labor del poeta y del historiador que resulta pertinente y es de gran valor para comprender estos dos mundos “Así es – replicó Sansón -, pero uno es escribir como poeta, y otro como historiador: el poeta puede contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna” (Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. España: Alfaguara, 2004. Segunda parte, capítulo III, Página 569). En este sentido, mi interés recae en este personaje porque se plantean discusiones como esta y podemos reflexionar, por primera vez en el libro, en torno a la labor del escritor directamente.

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