Ana Félix: la mujer y el travestismo.


— ¿Mujer, y cristiana, y en tal traje, y en tales pasos? Más es cosa para admirarla que para creerla”
 

Quijote. II. Cap. 63


El Diccionario de la Real Academia Española define al verbo travestir como: “Vestir a alguien con la ropa del sexo contrario”. La historia y la literatura han incorporado desde el origen de nuestros tiempos personajes que se han visto en la decisión o necesidad de tomar un rol opuesto al de su sexo, burlando con ello las fronteras sociales impuestas a los géneros masculino y femenino. En la mitología griega, Thetis, disfraza a Aquiles de mujer con tal de impedir que este sea llevado por Odiseo a la guerra de Troya, asimismo, tanto en el teatro kabuki japonés, como en el isabelino y el burlesque, es muy común encontrar actores travestidos. Sin embargo, la figura femenina en el traje de hombre es igual o más extensa que la masculina, desde la antigüedad personajes femeninos han sido reconocidos por su valentía, su rebeldía y el uso de armaduras o pantalones, ropas de hombre que se relacionan con los conceptos de la responsabilidad, el honor y el poder. Hua Mulan, es uno de los primeros personajes femeninos en la literatura que decide enlistarse en el ejército, en contra de las leyes de la época, haciéndose pasar por hombre con tal de llevar honor a su familia, no muy lejos de China, en Japón, mujeres visten las armaduras samurái y son reconocidas como parte de ellos. Asimismo, personajes históricos como Juana de Arco, Sor Juana Inés de la Cruz y Catalina de Euraso fueron reconocidas igualmente por sus hazañas bélicas o intelectuales, como por vestir de hombre con tal de burlar las normativas de la época.

Miguel de Cervantes, introduce poderosos personajes femeninos en Don Quijote de la Mancha, los mismos se vuelven pro-activos para el desarrollo de la trama, pero también profundamente atractivos para los lectores que las encuentran encantadoras y enigmáticas. La pirata Ana Félix, junto con Dorotea y la doncella de Barataria comparten características similares en cuanto a su construcción como personaje y en su colaboración con la historia. Los personajes femeninos del Quijote se vuelven especialmente seductores y audaces, desempeñando acciones o actitudes consideradas para aquella época propia de los hombres, con ello logran opacar a sus contrapartes masculinas. Esto lo podemos ver en la primera parte de Don Quijote de la Mancha por medio de las diferencias entre Cardenio y Dorotea, Cardenio, el personaje masculino, se deshace y enloquece por sus sentimientos desbordados, no tiene intenciones de cambiar su destino ni de salvar a su amada, mientras que Dorotea, la contraparte femenina (que en una sociedad machista como lo es la España de Cervantes debiese ser el personaje sometido y sumiso) decide tomar las riendas de su destino y cambiarlo, pero para salvaguardar su virtud y vida, debe hacerlo vestida de labrador. Un escenario parecido, nos plantea Miguel de Cervantes con la bellísima pirata Ana Félix, su padre Ricote y Don Gregorio, en la tercera salida del Quijote. La joven desprotegida, llevada a un lugar extranjero que la desfavorece y seguida por un amante que corre peligro en tierras argelinas (pero que está irremediablemente enamorado de ella), se ve en la necesidad de ser la acción y solución a sus problemas. Nuevamente nos encontramos frente a un personaje femenino de infinita astucia, que por medio del engaño y el travestismo, logra sobrevivir a un ambiente hostil para la mujer y llevar a cabo sus encomiendas. Ana Félix gracias al artificio y la invención logra salvar la vida de Don Gregorio, vistiéndolo de mujer, y luego capitanea una nave vestida de pirata, se enfrenta a las autoridades del Imperio Español, consigue contar su historia frente a un público que queda encantado de su astucia y valentía y finalmente se encuentra con su padre, dando fin a su larga odisea. Al padre jamás se le hubiese ocurrido poder realizar tamaña hazaña con tal de rescatar a su hija, se encuentra sorprendido de todo lo que ha logrado Ana Félix. De esta manera, la mujer pirata termina opacando, tal cual lo hace Dorotea, a sus contrapartes masculinas, adelantándose a los mismos e incluso salvándolos de un destino fatídico, sin importar cuan peligrosa fuese su hazaña y cuán aún más peligrosa era debido a su condición de mujer.

Los personajes femeninos de Cervantes están repletos de valentía, rebeldía, astucia y gracia, que por medio de estas características logran salvar a sus seres más queridos, ayudar a otras personas y cumplir sus objetivos por más imposibles que parezcan. Martín de Riquer en Aproximación al Quijote, nos recuerda que el célebre autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, siempre estuvo rodeado de mujeres que vivían con él y que eran independientes y rebeldes para su época. “Las Cervantinas”, las mujeres de su familia, pudieron ser la gran fuente de inspiración para Miguel de Cervantes, el cual supo construir personajes femeninos inmortales, que sin importar si fuesen mujeres o estuviesen vestidas como hombres, desempeñan con fuerza e inteligencia el desenlace de sus historia. Estos personajes travestidos logran representar que sin importar cuál sea el sexo con el que hayamos nacido, masculino o femenino, o cómo nos considere la sociedad, lo realmente importante es tener la voluntad de realizar acciones que lleven a cambiar el curso de nuestras vidas y la de los demás. El verdadero personaje activo, no depende de un arquetipo femenino o masculino, sino de una necesidad de cambiar y de ser cambiado, incluso si eso depende de cambiarse de ropa.

Andrea Leal.

Referencias Bibliográficas 
Diccionario de la Real Academia Española. Real Academia Española, 2016. Web. n.d.
M. Riquer. Aproximación al Quijote. Barcelona: Salvat, 1970. Print.
M. Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Barcelona: Planeta, 2000. Print. 

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