Lázaro el convertor
“Désta manera me fue forzado sacar fuerzas de
flaqueza y, poco a poco, con ayuda de las buenas gentes di conmigo en esta
insigne ciudad de Toledo, adonde con la merced de Dios, dende a quince
días se me cerró la herida; y mientras estaba malo, siempre me daban algunas
limosnas, más después que estuve sano, todos me decían:
—Tú, bellaco y gallofero eres. Busca,
busca un buen amo a quien sirvas.”
(Tratado Tercero, página 31, primera edición, Obras
Universales, El Trebol)
El Lazarillo, un personaje muy peculiar, un
personaje que sabe arreglárselas antes cualquier situación que se le presente,
haciendo cosas un tanto singulares, para llevar una "buena" vida.
Aprovecha los problemas y los convierte en pros, de modo que su bienestar no se
vea afectado, el poco bienestar que logra tener de vez en cuando. Como al
principio del tercer tratado, ve que le dan limosnas por estar herido,
aprovecha esa situación e insinúa de no ser porque lo obligaron a conseguir
un amo, se hubiera quedado mendigando, ya que conseguía dinero fácil y le era
suficiente para vivir, porque estaba en una ciudad importante donde conseguía buenas limosnas. Lázaro, hizo lo
que tenía que hacer, sabía aprovechar las oportunidades, cualquier haz de luz
le servía para hacer de las suyas, con su situación cualquier cosa que brille
es oro, de ese modo el hombre a veces tiene que ser un Lazarillo, un pícaro
capaz de convertir en oro todo lo que brille.
Jorge Pérez.
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