Las lecciones impuestas



Desde aquella hora quise mal al mal ciego, y aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavóme con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndose decía: “¿Que te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud”

(Tratado Primero, pág. 28, 1999 primera edición La Palma Viajera, EDUVEN )


Lázaro encuentra lecciones de vida a través de sus trampas o travesuras. El error trágico de subestimar al ciego le costará caro pero lo enseñará a no hacerlo de nuevo en el futuro, le dará más malicia a sus próximos trampas y con sus amos venideros; aprende que no necesariamente el que no ve, no sabe. Me pareció vital este fragmento por el aprendizaje que le dará a Lázaro, será el primer gran tropiezo en su historia y, como todo primero, también el más difícil de asimilar.

Sofía Parada.

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